WHITEXICANS: LA PIGMENTOCRACIA Y LA "BLANQUITUD" EN MÉXICO Y LATINOAMÉRICA.
Michael Mansilla.
Cuantos actores en la vecindad del Chavo representaban a el auténtico mexicano, piel oscura y bigotones de mariachi. 1 Don Ramon. Y esto se arrastra a las películas y telenovelas actuales. La cultura de piel blanca persiste y se extiende por toda Latinoamérica, así como la antigua expresión de " blanquear la indiada". En México la población blanca o de decendencia europea representan 4,7%. Whitexicans’.
Por dar una idea, en 2019 Oxfam México publicó u estudio n llamado: "Por mi raza hablará la desigualdad", en el que arrojaba datos como: 1 de cada 3 personas de tez blanca pertenece al 25% del sector más rico del país, el 43% de los empleos prestigiosos y bien remunerados.
Whitexicans' es el término que se ha popularizado últimamente para hacer referencia a los mexicanos blancos (white+mexicans) que gozan de cierto privilegio tácito otorgado por su estatus social. Porque es preciso señalar que no se refiere literalmente a las personas de piel blanca; sino que va más allá, abarca a todos aquellos de clase media alta. A los que no han sido menospreciados o discriminados o que nunca les ha sido negada alguna oportunidad o servicio por su color de piel o su posición social.
Una película reciente del director Michel Franco, llamada "2022 Nuevo Orden" (la recomiendo, está en internet) muestra un México donde la epidemia del COVID se descontrola matando a los más desfavorecidos y se observan imágenes de protesta en calles del D.F, mientras los blancos privilegiados celebran una fastuosa boda en una mansión rodeadas de altos muros y alambres. La servidumbre y seguridad son los mexicanos de piel oscura, y son tratados como vocabulario de "indios" "negros" "pinche gato"...y marcando la clase social de donde provienen durante casi toda la película. El final es totalmente inesperado.
En México (y en Latinoamérica) perviven lógicas de exclusión y privilegio asociadas al racismo. En la sociedad mexicana no ha sido un tema habitual. Aquello de "en México el racismo no existe" era el mantra que invocaba el mito del mestizaje entre indígenas y españoles. Esta negación podría suponer más la reticencia a hablar del tema que a negarlo, aunque también podría deberse a que de forma genuina se pensara que no ocurría. Es decir, parecería que para la sociedad mexicana es difícil asociar la idea del racismo con sus habituales prácticas de distinción, más específicamente, con la manifiesta identificación del color de piel y su asociación con la pertenencia a uno de los estratos del orden estamental novohispano. Esto fue hasta la llegada de las redes sociales dándole visibilidad a los extractos menos favorecidos.
Los excluidos.
La discriminación en México-y muchos más al sur-se da por motivos de ser indígenas y de piel morena. También el ser afrodescendiente, casi 2 millones. LGTB es una sigla que solo se pronuncia en voz baja.
La Guerra de Reforma, que universalizó la idea de ciudadanía liberal, y la Revolución, movilizó a campesinos y obreros. Sin embargo, en la práctica cambio poco, se ha mantenido la discriminación racial contra estos grupos, así como contra los asiáticos y las personas de piel morena, de modo que hoy México tiene un sistema pigmentocrático profundamente desigual.
P.E.R.L.A. The Project on Ethnicity and Race in Latin America Proyecto sobre Etnicidad y Raza en America Latina.
En 2008, se formó el Proyecto sobre Etnicidad y Raza en América Latina (PERLA) en un esfuerzo por recopilar y analizar datos de encuestas para explorar una amplia gama de problemas etnoraciales en la región. PERLA ha ido mucho más allá de una o dos preguntas de clasificación etnoracial que se encuentran en los censos nacionales y otras encuestas oficiales. Las encuestas PERLA consistieron en un módulo de etnicidad incluido en el Barómetro de las Américas de 2010, así como encuestas detalladas sobre etnicidad y raza en cuatro países: Brasil, Colombia, México y Perú. Las encuestas PERLA incluyen varios ítems de clasificación y desigualdad etnoracial, preguntas sobre discriminación percibida y preguntas de opinión pública sobre minorías etnoraciales, políticas sociales y movimientos sociales. El análisis de estas encuestas brinda nuevas verdades basadas en datos sólidos para una región que durante mucho tiempo ha negado las profundas desigualdades etnoraciales, las injusticias y las actitudes prejuiciosas, sin mencionar la necesidad de políticas que busquen corregirlas.
En los países analizados (Brasil, Colombia, México y Perú), como muchos otros de la región, los movimientos sociales de negros e indígenas exigen ahora que se los reconozca e incluya en los censos nacionales.
A medida que muchos Estados-nación latinoamericanos ya no pueden estar completamente desatentos a sus demandas de reconocimiento y justicia social van juntas de políticas sobre raza y etnicidad en muchos países de América Latina. Aunque el grado de receptividad varía entre ellos. En particular, las discusiones sobre políticas, incluidas aquellas sobre el censo y cómo recopilar dichos datos. Se han vuelto cada vez más ejemplares como el conflicto mapuche que también reclama tierras ancestrales dentro de un trasfondo socio-económico.
En México, la discusión académica apenas ha comenzado y las políticas para corregir la desigualdad étnico-racial aún parecen estar fuera de alcance. En ausencia de datos etnoraciales, tales estudios han sido relativamente escasos en esos tres países. Pero Brasil parece haber pasado con bastante rapidez de negar socialmente la discriminación racial a reconocer ampliamente el racismo y trabajar para revertirlo, en parte como resultado de años de estudios que desafiaron directamente su ideología de democracia racial. se han vuelto cada vez más comunes en Colombia y Perú.
Con las encuestas PERLA, podemos examinar empíricamente cuestiones críticas sobre la raza y el origen étnico que no se pueden evaluar utilizando las fuentes de datos disponibles. Prestando especial atención a los factores involucrados en la formación de identidades étnicas, el alcance y la naturaleza de la desigualdad y la discriminación, el grado de desigualdad étnica y la naturaleza de las relaciones sociales a través de las fronteras étnicas, todo dentro de contextos nacionales particulares. Examinaron una amplia gama de métodos para clasificar la raza y el origen étnico, desde hacer a los encuestados varias preguntas de autoidentificación y usar la clasificación del entrevistador, empleando diferentes esquemas de categorías; una característica innovadora en el estudio para todos los países es el uso de una clasificación por colores por parte del entrevistador. También interesa la opinión pública sobre etnicidad y raza,
En el estudio PERLA están representados los campos de la sociología, la antropología, la lingüística, la historia y la economía; en combinación, también cubren la literatura en inglés, español y portugués.
Estudios similares como la encuesta de Movilidad Social del INEGI en 2017 y el del Seminario sobre Desigualdad Socioeconómica de El Colegio de México en 2019, demuestran que, al igual que en Estados Unidos y en Brasil, en México país existe una fuerte correlación entre el color de la piel y la condición socioeconómica, de modo que las personas con piel más blanca suelen tener más ingresos, mejores niveles educativos y ocupar posiciones más privilegiadas que las personas con piel más morena.
El problema es el racismo estructural. El sistema privilegia a grupos como "superiores", o a veces simplemente como "normales", En México, como en todos los países de América, desde Canadá hasta Chile, estos grupos son invariablemente euroamericanos, es decir, aquellos que se consideran de origen europeo y que tienen un fenotipo físico más "blanco", o también aquellos que asumen sus formas de vida y de comportamiento.
Los recién acuñados whitexicans.
Los eurodecendientes no cumplen con los requisitos de una etnia. Se consideran como estamento socio-económico que lograron su éxito por esfuerzo propio. La realidad es que provienen de familias de clase media o auténticos ricos, con la posibilidad de estudios en universidades extranjeras, sin tener que preocuparse por el dinero. Conseguir trabajo es un tema de amiguismos.
Este clasismo "racial" es un sistema de estamento social que funciona precisamente así, clasificando y separando a la población. La gran diferencia es que sólo para algunos, los blancos y los mestizos privilegiados, la racialización ha acarreado ventajas durante cinco siglos. Para analizar estos privilegios en los últimos años se han multiplicado los estudios sobre la "blanquitud" o "White Ness", en inglés.
Por otro lado, no vale discutir una realidad que es pública y visible. Basta con prender la televisión o analizar la publicidad para ver cómo en America Latina la riqueza, el éxito y la felicidad misma se racializan con gran facilidad como atributos exclusivos de los blancos con rasgos casi escandinavos o, cuando menos, de los "latinos internacionales", siempre claramente diferentes y diferenciados de la mayoría de la población.
Es necesario distinguir entre la blanquitud y la blancura como conceptos y prácticas diferentes, pues el racismo mexicano funciona precisamente confundiéndolos de manera tramposa.
La blanquitud, tal como la han pensado varios autores, no es un atributo racial en sí mismo, sino una forma de ser, de comportarse, una identidad cultural. Un estrato que favorecen la acumulación de capital y de conocimientos, en la búsqueda personal del ascenso social y del prestigio.
Pero la blanquitud no sido siempre capitalista, sino también socialista y comunista. En Cuba hay una gran variedad racial, pero las elites gobernantes han sido de ascendencia europea .Los hermanos Castro o Diaz Canelo.
En América y otras regiones colonizadas desde los siglos XV y XVI, y también durante la construcción de los Estados-nación en los últimos dos siglos, la cultura occidental moderna se ha asociado de manera unívoca y definitoria con la blanquitud. De este modo su supremacía se ha convertido en la base de los sistemas de dominación coloniales, y de los nacionales también. Por razones históricas evidentes las personas y grupos euroamericanos han sido los que se han identificado mayormente con la blanquitud y los que más la han ejercido como un privilegio. Sin embargo, no todas las personas que la han asumido con éxito han sido de ese origen. Benito Juárez llegó al poder precisamente porque asumió esta forma de ser y de pensar, se transformó en un "mestizo", ciudadano liberal, y olvidó el zapoteco para hablar el español. Bolivar el Gran libertador no era blanco como se mestran en su retratos, era al menos mulato.
Lo que llamamos mestizaje, la supuesta mezcla racial entre poblaciones amerindias y europeas, fue históricamente el proceso de imposición de esta versión mexicana de la blanquitud a una población con orígenes, identidades y formas de vida mucho más heterogéneas: indígenas, campesinos, afrodescendientes, asiáticos, etcétera.
La educación ha sido, desde el siglo XIX, la principal vía de acceso a esta posición de privilegio para las personas de diversos orígenes; los medios de comunicación también la han promovido e impuesto como único modelo de comportamiento y cultura. Gradualmente a lo largo del siglo XX, la blanquitud mexicana perdió sus definiciones más locales y nacionalistas y se fue asociando cada vez más con las culturas, las formas de vida y de consumo cosmopolitas, se hizo parte de los circuitos globalizados de la blanquitud mundial, aunque la tensión entre lo local y lo global existía desde sus orígenes en el siglo XIX y sigue existiendo ahora, como nos muestra el debate alrededor del término whitexican.
La blancura, en cambio, sí está vinculada de manera clara con el color de la piel y la apariencia física: es la idealización del fenotipo "blanco" o "europeo" como ideal de belleza o prestigio, o como emblema de superioridad social. De acuerdo con Étienne Balibar, la idea de una blancura racial y hereditaria se originó en la idea de pureza de sangre de las monarquías católicas ibéricas, donde los cargos más importantes en el gobierno y la Iglesia, o incluso la posibilidad de emigrar a América, estaban reservados a los descendientes de linajes católicos de muchas generaciones. En la América colonial el acceso a los incontables privilegios jurídicos, políticos y económicos que implicaba ser español o criollo se asociaron funcionalmente al linaje pero también al fenotipo, convertido en un índice del origen peninsular, inmediato o remoto. Los cuadros de castas mexicanos son más que nada un repertorio de las maneras en que las familias criollas lograban recuperar su blancura y borraban los rastros de las uniones mixtas con indígenas; las relaciones con africanos eran imposibles de borrar. Sólo por medio de un constante blanqueamiento lograron los grupos euroamericanos mantenerse distintos del resto de la población a lo largo de tantos siglos, y esta obsesión por la blancura define el régimen colonial, mucho más que el pavoneado mestizaje. Al subir en la escala social las familias trataban siempre de "mejorar la raza", es decir, blanquearse: los matrimonios con personas venidas de España siempre se valoraban más y a la hora de recontar las genealogías siempre se buscaba el origen peninsular, a la vez que se olvidaban o negaban los otros orígenes, como hasta la fecha. Desde el periodo colonial, la blancura se asoció con la idea de limpieza y de purificación, y también de belleza y "decencia".
¿Cuál es la relación entre blanquitud y blancura? Señalemos primero la diferencia fundamental: la blanquitud no es en sí misma inherente a ningún grupo humano, pues puede ser adquirida y desplegada por personas de diversos orígenes en todo el mundo. En México, como en la mayoría de los países americanos, los gobiernos han fomentado activamente que los sectores no-europeos de su población asuman alguna forma de blanquitud como sinónimo de ciudadanía moderna y lealtad nacionalista. Por otro lado, la blanquitud, como un bien social de prestigio se puede vender y adquirir: en forma de cursos de idiomas europeos, ropa de moda internacional, productos cosméticos para lograr un aspecto adecuado, diplomas de universidades internacionales; también se asocia con las instituciones culturales y académicas de prestigio, con las "bellas artes", con el uso "correcto" del idioma español, etcétera.
Al mismo tiempo, sin embargo, en México, como en casi todos los países americanos, la "pigmentocracia" privilegia de manera sistemática a las personas que tienen mayor blancura, porque asocia y confunde su aspecto físico con la blanquitud. Según los estudios de Rosario Aguilar, la gente tiende a pensar que los candidatos políticos más blancos están mejor educados y son más honestos que los morenos; también que son más conservadores. A su vez, Eugenia Iturriaga mostró en Las élites de la ciudad blanca: discursos racistas sobre la otredad cómo los muchachos de preparatoria en Mérida, Yucatán, asociaban parecer blanco con tener éxito, ser rico y ser feliz y, por lo contrario, ser moreno con la pobreza, la criminalidad y la infelicidad.
La pigmentocracia surgió desde el siglo XVI en América para mantener las ventajas y privilegios de los grupos de origen español frente al vertiginoso mestizaje en las sociedades coloniales americanas. El sistema de castas colonial está en la raíz de la pigmentocracia por varias razones: enpoderarha la elite española y mantener la fidelidad al entonces imperio español ,la asociación entre el estatus social con el color de piel; por la tradición de convertir el blanqueamiento en un mecanismo de ascenso social. El imperativo y la costumbre de "mejorar la raza" son, hasta el día de hoy.
Yalitza Aparicio es una maestra originaria de Oaxaca que casi por accidente se convirtió en una actriz con nominación al Oscar incluida por la película Roma. Pero ni siquiera un Oscar, cambio su estatus. Experimentó ataques -en redes y en medios de comunicación; de parte de desconocidos y famosos- por su origen indígena y por no ser actriz de profesión.
Como distinguir un Whitexican.
Se trata de sujetos privilegiados en exceso que no obstante haber nacido en México (o ser ciudadanos) ostentan un estatus y una forma de vida más apegada a los valores extranjeros que a los nacionales. Hay que aclarar muy puntualmente que no todas las personas privilegiadas son parte del grupo de los 'whitexicans', el racistas y clasistas, más que con posibilidades económicas o de escala social. La forma en que se manifiestan.
Usar una remera de algún equipo de la Champions League.
En redes sociales, lo acompañas en una frase en inglés,como, por ejemplo: "Living the best days of our lives, one step at the time".
Tienen visado para Estados Unidos, no necesitan coyotes para cruzar la frontera norte.
Cuando viaja al extranjero odia que le pregunten algo de El Chavo del Ocho (si es que va a Sudamérica) o por Javier "el Chicharito". Criticar todos los aspectos de la cultura popular o del "mexicanway of life" como viajar en Metro, por ejemplo, la música popular y se burla de los apellidos indígenas.
Se ríen de quienes le ponen "Brayan" o "Donovan" a sus hijos, pero a les gusta que te digan "George", aunque te llamas Jorge (O "Roger" si te llamas Rogelio). Usa todo el tiempo términos como "petfriendly", "WeedFriendly" o similares.
Odia el futbol (sólo lo ves en El Mundial y le dices "soccer") sólo porque alguna vez practico hockey sobre hielo en un centro comercial y siente que es más cool y menos ordinario. No les quita a sus maletas las etiquetas de los vuelos, para que la gente sepa que hace turismo en el exterior.
Celebran religiosamente el Thanksgiving desde hace 3 años, que fue cuando descubriste que existía esa festividad. Compran libros en inglés, aunque sólo le entiendan el 20% de lo que leen.
Presume a la menor provocación en Instagram tu estatus social y bienes materiales, con comentarios despectivos hacia quien no tiene posibilidades. Además, les gusta mostrar cuando realizas un acto de caridad hacia personas que consideras que están en una posición diferente a la tuya.
Blanqueamiento y endogamia
Los casamientos en Uruguay como casi todas las sociedades se dan entre miembros de la clase media, clases altas y/o antiguos apellidos venidos a menos de la burguesía local comerciantes, industriales, profesionales o estancieros. Dentro de los primeros 4 apellidos se repite uno. Esto lleva a un problema consanguinidad que afecta a los hijos de estos matrimonios que sufren enfermedades congénitas de distintos niveles. El mestizaje se daba en que "padres ejemplares de familias " se les daba por desparramar su genética de forma extramatrimonial sin distinguir color de piel y ni estatus social. Era porque las políticas estatales en pro de la educación terciaria o técnica avanzada mediante becas o trasladando centros de aprendizaje en el interior han hecho propiciado grandes cambios. Las multinacionales de la celulosa son muy exigentes en sus requisitos para un puesto en la empresa. No piden foto, ni color de piel u orientación sexual, algo que se sigue dando en las empresas de capital nacional. En la era de internet no se puede tener un hijo escondido. La parte fea es el aborto, que está vaciando las escuelas.
Pero si hay un gobernante mestizo en Latinoamérica; Nicolas Maduro.
Michael Mansilla
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UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias
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