sábado, 17 de junio de 2023

LOS PRIMEROS EN DESCUBRIR LA ANTÁRTIDA NO LOGRARON REGRESAR PARA CONTARLO Michael Mansilla

05.06.2023

Los relatos épicos de las exploraciones polares han dominado las narraciones del pasado de la Antártida y han contribuido a la imagen prevaleciente de una naturaleza prístina distante que no ha sido tocada por los humanos.

Los estudios arqueológicos e históricos se han llevado a cabo desde diferentes perspectivas teóricas y prácticas que han ayudado a cuestionar o reforzar las narrativas dominantes de la historia antártica. Mas que épicas aventuras, el motivo fue económico, el cual resurgido actualmente junto a los estudios de cambio climático.

La historia de la Antártida comienza alrededor de 1820 con el descubrimiento de las Islas Shetland del Sur, sin dejar de mencionar como importante precedente los viajes del Capitán Cook. Con todo, el descubrimiento parece controvertido y peligroso sobre el que no hay un acuerdo total. Existen diferentes versiones del acontecimiento del descubrimiento. Las versiones más difundidas asociaron el hallazgo a un evento autónomo aislado que ocurrió por casualidad. A partir de 1820, la Antártida fue explorada por lo que ahora se consideran exploradores famosos como Ernest Shackleton, Roald Amundsen y Robert Falcon Scott.  Pero el análisis de campo, documentos históricos e historias orales se cuentan expediciones, desde de varios siglos antes. Lugares que marinos, balleneros y cazadores guardaban su ubicación en el máximo secreto.

Las dos visiones de la historia Antártica.

Las épicas exploraciones y la vida en un sitio extremo de los cazadores y balleneros.

Existe una concepción dicotómica de la historia de la Antártida: exploración versus explotación

Los trabajos arqueológicos comenzaron a fines de la década de 1970, centrándose en la conservación de las cabañas dejadas por las expediciones de la Era Heroica de la Exploración Antártica.

La arqueología lejos del análisis de eventos aislados propone en contraste, entender la Antártida en el marco de procesos históricos a gran escala. Así, nos preguntamos cómo y por qué las tierras más remotas del planeta comienzan a ser exploradas y ocupadas por humanos. Actualmente se le muestra al público las gestas más románticas de los grandes exploradores. Las narrativas sobre el pasado de Antártida han prestado mayor atención a los fascinantes relatos escritos por conocidos exploradores durante los siglos XIX y XX como Ernest Shackleton, Roald Amundsen y Robert Falcon Scott, enfatizando los objetivos geográficos y científicos. Esta prioridad por lo épico y heroico también se ha visto reflejada en la protección de sitios históricos en el marco del Sistema del Tratado Antártico.

En este esquema, las historias de exploración científica se "preservan" principalmente en la cultura del libro primero y   conmemoración de eventos, fechas y protagonistas de específicos en lugares específicos del espacio.

En cambio, otras historias vinculadas a la explotación de recursos no trascienden al gran público. Cabe decir que las historias de cazadores de focas y balleneros no tienen protagonistas concretos, ni fechas exactas, ni hechos de "relevancia histórica" que conmemorar.

Sin embargo, los archivos referentes a la dura vida estos cazadores existen y son utilizado con más frecuencias para la parte de investigación académica; Sociólogos, antropólogos, historiadores, arqueólogos, geográficos, escritores.

Y es por una razón de sensibilidad; Nadie quiere ver una película donde la línea principal del guion seacazadores matando focas a garrotazos y fundiendo grasa. Seria  boicoteada, aunque sea historia real y cruda.

Pero en YouTube si hay publicados videos en base a dibujos, fotografías y filmaciones, esta actividad se extendió bastante entrado el siglo XX principalmente por las pieles y la caza de ballenas. Advierten sobre la sensibilidad del documental.

La Antártida está tomando el protagonismo. Siguiendo en la literatura y en pantalla, además de Amundsen, Scott, la Antártida ha quedado rezagado con su contraparte, el Ártico. Hasta los años 50s la Antártida seguía siendo un gran desconocido, principalmente por la falta de tecnología para exploración profunda. Las bases no se alejaban mucho de la costa, en los archipiélagos antárticos, subantártico o en la Península Antártica.

Así fue como nacieron nuevas tecnologías de la carrera especial, también se crearon nuevos tipos de vestimenta sintética, suplantando a las pieles de animales, nuevas formas de construcción sobre el hielo o el permafrost, georradares, rompehielos o la creación de nuevos combustibles, modificación de motores, para cosas algo extremas como llevar carga a la Antártida profunda. Los aviones que no puede apagar sus motores cuando aterrizan porque su combustible se congela a -40 gc. Pero llegado el invierno nadie garantiza ayuda en una situación de emergencia, por lo que en las bases solo queda el personal indispensable.

Arqueología de los anónimos cazadores.

La arqueología actual quiere estudiar la vida en aquellos precarios asentamientos temporales en las islas, que servían campamento. A menudo estaban expuestos a condiciones climáticas extremas, incluidos fuertes vientos, temperaturas bajo cero y ventiscas. Sus vidas se caracterizaron por el aislamiento y la lucha constante por la supervivencia en un entorno hostil.

Así, nos preguntamos cómo y por qué las tierras más remotas del planeta comienzan a ser exploradas y ocupadas por humanos. Los restos de campamentos abandonados en islas antárticas han sido clave para abordar dichos interrogantes. A partir de su estudio, la historia humana en Antártida ha comenzado a explicarse como parte del proceso de expansión de la economía libre del siglo XIX.

Pero si, a los principios del siglo XIX, comienzan las descripciones de los mares antárticos por parte de los exploradores despertaron otros intereses vinculados a la explotación de recursos en las tierras y mares australes Informes de exploradores de un gran número de focas y ballenas Es una fecha valida como punto de partida.

La presencia de cazadores de focas en la Antártida.

La presencia de cazadores de focas en las islas representa el proceso de exploración y de incorporación de un lugar desconocido y remoto. Desde esta perspectiva, interesa conocer las particularidades de este proceso planteando preguntas específicas que ayuden a caracterizar las estrategias utilizadas por los cazadores de focas durante el siglo XIX.

Los restos de campamentos abandonados en islas antárticas han sido clave para abordar dichos interrogantes. A partir de su estudio, la historia humana en Antártida ha comenzado a explicarse como parte del proceso de expansión del siglo XIX.

Estas primeras ocupaciones en las islas antárticas eran muy flexibles.Se ha podido observar la ausencia de regularidad en el tamaño de los grupos y en la duración de las estancias gracias al tipo de construcciones y al tamaño de los refugios, así como a la cantidad y diversidad de objetos encontrados.

Refugios abandonados en islas antárticas. Los restos (conocidos) de las primeras ocupaciones humanas en la Antártida se ubican en las islas Shetland del Sur. Lo

demuestran más de 30 refugios y campamentos abandonados en las costas de las distintas islas, descubiertos durante las investigaciones arqueológicas.

Los campamentos pertenecieron a grupos de cazadores de focas y lobos marinos. Fueron ocupados en estancias temporales durante el verano, en distintos momentos del siglo XIX, aunque no se descarta la posibilidad de que alguno fuera ocupado a finales del siglo XVIII.

Los registros escritos sobre las historias de las personas que vivieron en estos campamentos son escasos. Sin embargo, los restos de objetos que usaron durante su tiempo de permanencia en las islas nos han acercado a su vida cotidiana en la Antártida. Especialmente a las decisiones que tomaron en su día a día.

Lugares desconocidos.

Excavaciones arqueológicas en refugios utilizado por grupos de cazadores de focas en el siglo XIX en las islas Shetland del Sur, Antártida.

Los trabajos arqueológicos muestran que los campamentos fueron construidos utilizando principalmente las rocas y huesos que se encontraron en la costa . Aprovechaban los afloramientos rocosos como abrigos naturales, y apilaban piedras para sus paredes. Los huesos de ballena resultaron de gran utilidad. Las vértebras se usan como muebles y las costillas como parte de la estructura. Los refugios se techaban con los cueros de los mismos lobos y focas que cazaban o, en ocasiones, con telas de las velas de los barcos.Las ubicaciones de los asentamientos se eligieron por su proximidad a las colonias de focas y el acceso a recursos como agua dulce y combustible.

Para su supervivencia, los cazadores en las islas usaban los recursos de un lugar que no conocían en absoluto, un medio ambiente hostil. Esto se ha observado también en los estudios sobre la alimentación. Las especies antárticas predominaban entre los animales consumidos, mientras que los restos de víveres provistos desde el barco, como huesos de vacas y cerdos, representaban una pequeña proporción.

Un tablero de juego hallado en las excavaciones arqueológicas en la península Byers, Isla Livingston, Shetland del Sur, Antártida

Otro ejemplo, en un caso se hallaron más de veinte suelas de zapato, brindando indicios sobre el número de individuos en ese refugio. Otro ejemplo son los objetos vinculados al tiempo libre, y por lo tanto, a permanencias más extensas, como el caso de un tablero y fichas de un juego.

Grandes matanzas de animales.

La caza y la captura de focas por su valioso pelaje y aceite. Se aventuraban a los témpanos de hielo y las playas donde se congregaban las focas, a menudo utilizando pequeños botes o barcos para navegar por las traicioneras aguas. Emplearon varios métodos  decaptura , incluido dispararles con armas de fuego, golpearlas o colocar trampas.

La misión principal era obtener pieles y aceites de los animales locales. Se han encontrado herramientas que claramente se relacionan con el trabajo que realizan los cazadores en las islas. Entre ellas, garrotes para dar muerte a los lobos marinos sin dañar su piel o conjuntos de estacas de maderas usadas para extender y secar las pieles en la playa.

En tierra las focas, los cazadores   desollaban al animal para obtener el pelaje y la grasa. La piel se utilizaba para la confección de ropa y otros productos, mientras que la grasa se procesaba para obtener aceite, que tenía diversos usos, como combustible para lámparas o como ingrediente en procesos industriales.

También se observaron grandes estructuras de fogones para la obtención de aceite tras hervir la grasa de elefantes marinos. Se ha visto que no se limitaban a la explotación de una sola especie, sino que aprovechaban la mejor oportunidad que encontraban en su viaje para cazar focas o lobos marinos, o ambos.

Un dato de gran significación es que la mayoría de los campamentos fueron ocupados una única vez.La ausencia de retorno se ha observado también en los objetos que abandonaron guardados para próximas visitas, pero que nunca volvieron a ser utilizados.

¿Por qué buscaron nuevos lugares para establecer sus campamentos?

La exploración de las islas antárticas vino de la mano de la explotación de sus recursos.

Mapa de la Antártida.

Los barcos se aventuraban en aguas que eran entonces desconocidas, sin mapas ni cartas náuticas que guiaran la navegación. Buscaban lugares donde se encontraban las colonias de lobos marinos y focas. Allí, desembarcaban a grupos de personas que permanecían en las islas una temporada para hacer su trabajo. La estancia podía durar sólo unos pocos días o extenderse durante los meses de verano. El objeto principal era llenar las bodegas de los barcos con millas de pieles y centenares de barriles de aceite. El éxito de estas empresas implicaba matar tantos animales como fuera necesario.

Estas grandes matanzas reducían las colonias de focas y lobos marinos. Por lo tanto, no era rentable regresar al mismo lugar que había sido explotado recientemente. Esto obligaba a los cazadores a ocupar nuevos espacios donde encontrar grandes poblaciones que garantizaran la mayor ganancia para sus empresas.

En ese contexto, el descubrimiento de nuevas colonias de focas y lobos marinos fue muy valorado. El primero en llegar se aseguró el mayor beneficio. Por eso, el secreto dominaba esta actividad altamente competitiva.

Impacto ambiental: Las actividades de los cazadores de focas en las Islas Shetland del Sur tuvieron un impacto significativo en las poblaciones locales de focas. La caza y captura a gran escala condujo a una severa disminución en el número de focas, y algunas especies estuvieron al borde de la extinción. Además, la presencia de los cazadores de focas en las islas y su extracción de recursos también tuvo un impacto en los ecosistemas locales.

Antártida el laboratorio del mundo.

El papel crucial de la Antártida: la conservación y el cambio climático en el punto de mira.

La Antártida, el continente más austral de la Tierra, tiene una importancia inmensa en el contexto de la conservación y el cambio climático. Esta masa de tierra remota y aparentemente prístina no solo es un refugio para la vida silvestre y los ecosistemas únicos, sino que también desempeña un papel vital en la regulación del clima del planeta. A medida que el mundo lidia con desafíos ambientales apremiantes, comprender la importancia de la Antártida, promover su conservación y abordar el cambio climático se ha vuelto imperativo para el futuro de nuestro planeta.

El aislamiento y las condiciones extremas de la Antártida han dado lugar a una variedad única y rica de flora y fauna. El Océano Austral que rodea el continente alberga un ecosistema marino diverso, hogar de especies icónicas como pingüinos, focas, ballenas e innumerables especies de peces e invertebrados. Estas criaturas han desarrollado notables adaptaciones para sobrevivir en el gélido ambiente antártico.

Preservar esta biodiversidad es crucial no solo por el valor intrínseco de estas especies sino también por el delicado equilibrio del ecosistema global. La red alimentaria antártica está estrechamente vinculada a otras regiones, ya que las especies migratorias como las ballenas dependen de las aguas productivas del continente para alimentarse. La protección de estos hábitats garantiza la estabilidad de todo el ecosistema del Océano Austral.

Las vastas capas de hielo de la Antártida contienen alrededor del 90% del agua dulce de la Tierra, lo que la convierte en un actor clave en la regulación del clima global. A medida que aumentan las temperaturas debido al cambio climático inducido por el hombre, la estabilidad del hielo de la Antártida se convierte en una preocupación crítica. El derretimiento del hielo antártico contribuye al aumento del nivel del mar, lo que amenaza a las comunidades costeras y las zonas bajas de todo el mundo.

La capa de hielo de la Antártida Occidental, particularmente vulnerable al calentamiento de las corrientes oceánicas, tiene el potencial de elevar el nivel global del mar en varios metros. El colapso de esta capa de hielo tendría consecuencias de gran alcance, causando inundaciones devastadoras, erosión costera y el desplazamiento de millones de personas.

La Antártida sirve como un laboratorio viviente para los científicos que estudian el cambio climático. Los núcleos de hielo extraídos de sus glaciares brindan registros invaluables de las condiciones atmosféricas pasadas, lo que permite a los investigadores comprender las tendencias climáticas a largo plazo y los impactos humanos en el medio ambiente. Esta investigación ayuda a refinar los modelos climáticos y predecir escenarios futuros, ayudando en la formulación de estrategias efectivas de mitigación y adaptación.

Además, las propiedades únicas de la Antártida, incluido su aire prístino y la falta de contaminación lumínica, la convierten en un sitio ideal para las observaciones astronómicas. El estudio de la radiación cósmica y la astrofísica en la Antártida contribuye a nuestra comprensión del universo y sus conexiones con el sistema climático de la Tierra.

Reconociendo la importancia de la Antártida, se han establecido acuerdos internacionales para proteger sus frágiles ecosistemas. El Sistema del Tratado Antártico, firmado por más de 50 países, prohíbe las actividades militares, la explotación de minerales y las pruebas nucleares en el continente. Además, la Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA) tiene como objetivo preservar la biodiversidad marina de la región y gestionar la pesca de manera sostenible. Sin embargo, a medida que el cambio climático se intensifica y crece el interés en la región, existe la necesidad de fortalecer los esfuerzos de conservación. La investigación colaborativa, las regulaciones estrictas y el monitoreo efectivo son esenciales para garantizar la preservación a largo plazo de la Antártida y sus ecosistemas.

Abordar el cambio climático y preservar el entorno único de la Antártida requiere una acción colectiva. Las personas, las comunidades y los gobiernos deben reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, hacer la transición a fuentes de energía renovables y apoyar prácticas sostenibles. Además, crear conciencia sobre la importancia de la Antártida y las consecuencias del cambio climático puede inspirar un sentido de responsabilidad e impulsar un cambio positivo en todos los en todos los niveles.

La Antártida no es solo un desierto helado en el borde del mundo. Es una región crítica que influye en los patrones climáticos globales, apoya una biodiversidad única y ofrece información valiosa sobre la historia y el futuro de la Tierra y los esfuerzos de conservación.

Indemnización a la posible viuda.

Los patrones de los barcos balleneros que se aventuraban en tierras árticas; nadie quería enlistarse. La mortalidad llegaba ha un 30 o 40%. Las aseguradoras , solo cubrían a la nave, no su mercancias y menos a sus tripulantes. Habia recorrer los 7 mares para formar una tripulación .Maoríes, esclavos fugados, prófugos de la ley, chino, hispanos, blancos americanos y europeos conformaban la variopinta tripulación. Desde escorbuto, envenenamiento por plomo, infecciones o simplemente caerse al agua helada significaba la muerte en 4 minutos. Ha diferencia de cazar ballenas en las Islas Azores donde un bote salvavidas podría ser rescatados , no servían de nada en las aguas de la Antártida. Barcos con sus tripulaciones y cazadores nunca volvían, la falta de mapas confiables, la homogeneidad del pasaje sin puntos geográficos identificatorio o un invierno que adelantaba dejaron cientos de almas estrujados entre las banquisas de hielo y los icebergs. Los sueldos de estos intrépidos eran relativamente más altos que el de un marinero común. Tanto así que los armadores entregaban el sueldo completo a las esposas o madres, incluso una parte del seguro de vida por adelantado para las posibles futuras viudas. Aquellos pioneros aventureros que contemplaron aquella fantasiosa Terra AustralisAustralisIncógnita que se describe desde la edad Media no regresaron para contarlo o fueron tomados por locos.

Michael Mansilla

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