11.03.2024
Algunos definen a El Líbano como un "estado fallido". El país se caracteriza por una estructura corrupta y sectaria una constante interferencia de estados vecinos como Israel, Siria, Irán, Arabia Saudí y entre el 2015-2023 sufrió descalabro económico, con el triste récord de una inflación solo superada por Argentina y Venezuela. Pero en este 2024 la economía muestra signos de crecimiento mínimo y una reducción inflacionaria.
El sistema político del Líbano.
La política en el Líbano se basa en una estructura sectaria de poder compartido creada tras la independencia de Francia en 1943. La constitución garantiza que las 18 sectas religiosas del país tengan representación en el gobierno, el ejército y la administración pública. Como reflejo de esto, los tres puestos gubernamentales clave de presidente, primer ministro y portavoz deben dividirse entre un cristiano maronita, un musulmán sunita y un musulmán chiita.
A primera vista, esto podría verse como un intento de garantizar la igualdad en el gobierno, pero el sistema adolece de profundos defectos. Se acordó como una división de poder entre las élites de la época y como una estructura para garantizar el buen gobierno de un Estado nación.
El efecto es un sistema débil, corrupto y basado en el clientelismo, donde hombres poderosos distribuyen puestos de trabajo en el gobierno para recibir la lealtad de los empleados en lugar de recompensar la competencia o la habilidad.
Las divisiones existentes están aún más arraigadas por el sistema, que enfrenta a secta contra secta en competencia por lucrativos departamentos gubernamentales.
Esto da como resultado un gobierno compuesto en gran medida por feudos burocráticos en competencia en lugar de una sola unidad que intente gobernar el Estado libanés.
El sistema ha perdurado a pesar de su debilidad, permaneciendo casi sin cambios después de una brutal guerra civil de 1975 a 1990, la invasión israelí de 1982, la ocupación siria de partes del país de 1976 a 2005, una nueva guerra con Israel en 2006 y una actual crisis económica, social y política sin precedentes en todo el país.
El Acuerdo de Taif de 1989, que puso fin a la guerra civil libanesa, estableció planes para cambiar la estructura del gobierno limitando la división sectaria a una nueva cámara alta y aboliéndola en el parlamento.
Pero estos cambios nunca se implementaron, ya que no había ningún deseo entre las elites libanesas de acabar con un sistema que garantiza su poder, o de exponerse al escrutinio de un nuevo parlamento más democrático y responsable.
Corrupción en el Líbano
La corrupción es omnipresente dentro del Estado libanés, al igual que la cultura de la impunidad. Los partidos políticos gobernantes tratan a las instituciones estatales como fuentes de ingresos. Las sectas opuestas se confabulan activamente en la corrupción o hacen la vista gorda ante los crímenes de sus rivales para proteger un sistema que les funciona.
Esta configuración de estado ha llevado a que el último censo oficial fue en 1932.Si se realizara mostrarían que los cristianos Maronitas no llegan al 20%. Probablemente un musulmán chita ocuparía la presidencia.
Los políticos buscan controlar los ministerios para dirigir recursos y fondos a sus aliados y como una oportunidad para crear 'empleados fantasmas': puestos remunerados para personas que no existen, de manera que los salarios puedan ser embolsados por los políticos o desembolsados a sus seguidores para mantener la lealtad.
El poderoso grupo armado Hezbolá ha convertido la corrupción en fines más abiertamente ilícitos, utilizando su influencia en el Ministerio de Agricultura para asegurar las importaciones de nitrato de amonio necesarias para la fabricación de explosivos.
Las élites libanesas tienen un historial de utilizar la energía como herramienta manipuladora y sectaria. Con una escasez generalizada durante la reciente crisis económica del El Líbano, algunos partidos políticos gobernantes llegaron incluso a tomar el control de las gasolineras y restringir la entrada sólo a sus clientes y compinches.
La influencia de la religión en la política libanesa.
La religión juega un papel crucial en la política del Líbano. La constitución garantiza la representación en el gobierno sobre la base de la secta religiosa, y los partidos políticos gobernantes se definen más por afiliaciones religiosas que por políticas económicas o sociales.
El papel de la afiliación religiosa en los partidos políticos gobernantes se extiende más allá del Líbano. El Movimiento Futuro cuenta con el apoyo del Reino musulmán suní de Arabia Saudita, y Hezbolá cuenta con el respaldo de sus aliados musulmanes chiitas en Siria (Alauitas) Irak y, en particular, Irán, como parte de su política de exportar la revolución islámica.
Pero un aspecto sorprendente de la política del Líbano es que a menudo existen alianzas formales e informales a través de la división religiosa. La Alianza 8 de marzo es una coalición cuyos dos partidos principales son los musulmanes chiítas (Hezbolá) y los cristianos (Movimiento Patriótico Libre), unidos por una agenda pro-siria. A ellos se opone la Alianza 14 de Marzo, un grupo anti sirio dominado por los partidos musulmanes suníes y cristianos maronitas.
¿Qué es Hezbolla?.
Hezbollah fue fundado en parte debido a la invasión de Israel en 1982 y es en gran medida un grupo musulmán chiita proveniente del sur del Líbano. Las regiones del sur del Líbano, ya desatendidas por el gobierno de Beirut, sufrieron la peor parte de la invasión israelí de 1982 y las fuerzas israelíes permanecieron en partes de esa región hasta el año 2000.
Naturalmente, esto alimentó la ira y el resentimiento, convirtiendo al sur del Líbano en una útil base de reclutamiento para un grupo como Hezbolá, que se definía a sí mismo como un movimiento de resistencia.
Pero es inexacto afirmar que el apoyo de Hezbolá se limita a una región o religión. Si bien los chiitas no son un credo predominante (tampoco dentro del islamismo), en la política del Líbano, también disfruta del apoyo de otros libaneses que la perciben como la única fuerza que ofrece una oposición efectiva a la incursión israelí.
¿Es Hezbollah parte del gobierno libanés?
Hezbolláh ha ascendido hasta convertirse en la organización política más influyente del Líbano, pero opera en gran medida sin rendir cuentas.
Probablemente podría apoderarse del Estado libanés por la fuerza, pero es mucho más eficaz ejercer el poder en el débil Estado del Líbano sin asumir responsabilidades oficiales.
La inusual y defectuosa estructura política del Líbano permite a Hezbollah ejercer un tremendo poder a través de la alianza del 8 de Marzo.
En las elecciones de 2009 y 2018, Hezbolláh obtuvo sólo 13 escaños en el parlamento de 128 escaños, pero, con sus aliados del 8 de marzo, controló efectivamente 44 escaños en 2009, y en 2018, una mayoría de 72 escaños.
Hezbollah también disfruta de control de facto sobre la frontera con Siria y utiliza el puerto de Beirut para transportar drogas, armas y material explosivo dentro y fuera del Líbano sin supervisión ni intervención estatal.
País sin gobierno.
El colapso del gobierno tras la explosión de Beirut en agosto de 2020, los esfuerzos para formar un nuevo gobierno se estancaron, ya que el primer ministro designado Saad Hariri y el presidente Michel Aoun no lograron ponerse de acuerdo sobre la composición del gabinete. Esto empujó al país a una crisis más profunda con una inflación galopante y escasez de combustible, electricidad y medicinas.
La protesta es una fuerza creciente en el Líbano. Las redes sociales están desempeñando un papel importante en la organización de la gente común, permitiéndoles desahogar su frustración por los crímenes y las ineficiencias causadas por la corrupción endémica.
En 2015, los residentes de Beirut salieron a las calles y a las redes sociales como parte de la campaña 'You Stink!' campaña, protestando por el débil manejo por parte del gobierno de una desesperada crisis de residuos en el país cuando la recolección de basura se detuvo por completo.
Comienzo
En octubre de 2019, se produjeron protestas en todo el Líbano alimentadas por la indignación por el aumento de los impuestos, la destartalada prestación de servicios públicos y la corrupción gubernamental generalizada. El lema coreado fue "todos ellos significa todos ellos", lo que refleja la necesidad de derribar por completo la podrida estructura del Líbano y crear un sistema de gobierno completamente nuevo.
La devastadora explosión en el puerto de Beirut ocurrida en agosto de 2020 desató aún más furia por la falta de rendición de cuentas en el Líbano. Se había almacenado material explosivo en cantidades masivas en una instalación portuaria, contraviniendo los procedimientos básicos de salud y seguridad.300.000 es número estimado de personas fue que se quedaron sin hogar tras explosión de agosto de 2020 en el puerto de Beirut.
Los manifestantes sintieron que esto sucedió porque los políticos se mostraron complacientes al abordar el tema. El gobierno dimitió tras la explosión. La pandemia del COVID en 2020 fue la estocada final y el colapso total de la economía.
Crisis Económica.
En 2021, el Líbano enfrentó lo que el mundo Banco dijo que podría estar entre las tres peores crisis económicas de la historia mundial.
El Líbano atravieso una de las peores crisis económicas de su historia, que ha provocado una caída del producto interno bruto, una devaluación de la moneda, una escasez de productos básicos y una ola de protestas sociales.
La crisis se originó en 2019, cuando el país se enfrentó a una grave crisis de liquidez, que le impidió pagar sus deudas externas y mantener el tipo de cambio fijo de la libra libanesa con el dólar estadounidense. Desde entonces, la libra libanesa ha perdido más del 85% de su valor frente al dólar en el mercado negro, lo que ha disparado la inflación y el costo de la vida. Según el Banco Mundial, la economía se contrajo un 6,7% en 2019 y un 20,3% en 2020, y otro 9,5% en 2021.
El Líbano, que depende de las importaciones para cubrir el 80% de sus necesidades básicas, se enfrentó a una escasez crónica de alimentos, medicinas, combustible y electricidad, debido a la falta de divisas y a la corrupción.
La crisis económica comenzó por la pandemia de COVID-19, que ha afectado al sector sanitario y al turismo, y por la explosión del puerto de Beirut en agosto de 2020, que causó más de 200 muertos, miles de heridos y daños materiales estimados en 15.000 millones de dólares2. La explosión también destruyó las reservas de grano del país.
La situación ha genero un descontento social generalizado, que se ha manifestado en multitudinarias protestas contra el gobierno y el sistema político, acusados de corrupción, ineficacia y sectarismo. Las protestas, que comenzaron en octubre de 2019, provocaron la renuncia del primer ministro Saad Hariri y la formación de un gobierno de tecnócratas liderado por Hassan Diab, que también dimitió tras la explosión de Beirut.
El primer ministro interino de El Líbano, Najib Mikati se ha puesto a El Líbano al hombro. Durante 13 meses el país ha estado sin un presidente aprobado por el parlamento. Desde el 29 de septiembre de 2022, Líbano enfrenta los obstáculos de la cuarta etapa de vacío de poder después de su independencia, tras la conclusión del mandato presidencial de Michel Aoun al frente de la República, el 31 de octubre.
Un vacío de poder, que imposibilito implementar las reformas necesarias para acceder a la ayuda internacional.
El 14 de junio (2023) último, el Parlamento repitió el mismo guion de las anteriores 11 sesiones y hasta el momento ningún representante de la comunidad cristiana maronita cuenta con el apoyo de la mayoría de 128 diputados para ocupar el cargo de jefe de Estado.
Najib Mikati se reunió con representantes, del Banco Mundial, de la Liga Árabe, Estados Unidos y Francia. Como resultado El Líbano ha recibo prestamos casi a taza 0. La OTAN, ni las financieras, ni las petro-monarquia del golfo, necesitan otro conflicto bélico interno, en el país más liberal de Medio Oriente. Tambien necesitan de su legislación financiera de secreto bancario y bajos impuestos. La Unión Europea no quiere más balsas con refugiados.
Otro gran problema son los refugiados. El país acoge a más de un millón de refugiados sirios, que también sufren las consecuencias de la crisis.
La actual crisis económica sigue afectando la situación de seguridad alimentaria del Líbano. Según la ONU, más de la mitad de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, y el 23% sufre inseguridad alimentaria.
Esta crisis ha afectado particularmente a una población vulnerable que incluye residentes libaneses, refugiados sirios, refugiados palestinos en el Líbano, y refugiados palestinos de Siria.
La crisis de las personas refugiadas en el Líbano.
El Líbano posee la mayor concentración de refugiados/as per cápita del mundo: 1 de cada 4 personas. Desde que estalló la crisis de Siria en 2011, un gran número de personas cruzaron la frontera hacia el Líbano para huir de la violencia en Siria.
Se estima en más de 2 millones entre refugiados recientes y refugiados de 2 o 3 generación. Sobre todo, palestinos llegados en 1948 a 1967.La situación es ambigua, los refugiados palestinos convirtieron sus campamentos en cuidades y nuevos barrios. Además, se integraron y aportaron a la cultura y el trabajo. Pero a diferencia de Jordania, no se les ha otorgado ni ciudadanía ni pasaporte libanes. Cuando mucho tienen el pasaporte de la Autoridad Nacional Palestina o algún documento proporcionado por la ACNUR. Es que estos palestinos son casi apátridas. Sus casas quedaron dentro de la frontera Israel o en la ocupada Cisjordania. El tema de los refugiados sirios recientes es que no pueden volver, porque se equivocaron de bando y lucharon contra el régimen de Assad.
La tasa de crecimiento del PIB del Líbano podría comenzar a recuperarse este año por primera vez desde antes de la crisis económica del país, según un informe económico de la ONU publicado el 4 de enero.
En su último informe, el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (ONU DESA) pronosticó un crecimiento del 1,7 por ciento del PIB del Líbano en 2024 y del 3,8 por ciento en 2025. Esta es la primera vez que el Líbano podría potencialmente obtener tasas de crecimiento positivas desde 2018.
El Líbano obtiene estos resultados desde 2023 "o gracias a la fuerte recuperación del turismo" durante el verano y de las cuantiosas remesas enviadas por los libaneses expatriados a sus familiares en el país, que ayudaron a "sostener el consumo interno", señala el informe. Aun así, "el país sigue sufriendo la falta de servicios básicos, el deterioro de la infraestructura, la prevalencia de varios tipos de cambio y debilidades institucionales".
El informe también señala que la inflación en el Líbano alcanzó el 230,4 por ciento en 2023 y se espera que caiga al 78 por ciento en 2024 y al 30,7 por ciento en 2025 debido a la fuerte depreciación del tipo de cambio.
El Líbano vive una situación de máxima tensión por el aumento de los enfrentamientos entre Israel y la milicia chií Hezbolá, que amenazan con desatar una nueva guerra en la región. El país, que ya sufre una grave crisis económica, social y humanitaria, se ve arrastrado por la influencia de Irán, el principal aliado de Hezbolá, en el conflicto entre Israel y Hamás.
El primer ministro interino libanés, Najib Mikati, que logró formar ha expresado su preocupación por la escalada de violencia y ha pedido a la comunidad internacional que intervenga para evitar una guerra. Sin embargo, su capacidad de acción es limitada, ya que Hezbolá tiene un gran peso político y militar en el país, y cuenta con el respaldo de Irán, que busca ampliar su influencia en la región. Tras el estallido de la guerra entre Israel y Gaza, que ha resultado en enfrentamientos regulares entre las fuerzas israelíes y Hezbollah a lo largo de la frontera sur del Líbano. Más de 185 libaneses, entre ellos 141 miembros de Hezbolá, y 14 soldados israelíes han muerto en los choques armados.
El Líbano necesita con urgencia un cambio político que ponga fin al sectarismo, al clientelismo y a la impunidad que han dominado el sistema desde el fin de la guerra civil en 1990. El país también necesita el apoyo de la comunidad internacional, que ha condicionado la ayuda económica a la realización de reformas estructurales que garanticen la transparencia, la eficiencia y la estabilidad.
La secularización en el Líbano.
Desde hace décadas se promueve que El Líbano debe adoptar una constitución laica, incluyendo un código civil único. Pero las viejas elites se resisten a dejar sus privilegios.
Los grupos anti sectarios enfrentan un desafío arduo, pero han demostrado capacidad para organizarse de manera efectiva. En junio de 2021, una coalición de nuevos partidos ganó alrededor de las tres cuartas partes de los escaños en las elecciones a la Orden de Ingenieros y Arquitectos, normalmente dominadas por aliados de élite. Los jóvenes se desenvuelven en la red.
Hay pequeñas "trampas" que se pueden realizar. Por ejemplo, casarse en Chipre. Un musulmán chita y una mujer musulmana sunnita, no tienen que declarar su filiación religiosa según el código civil chipriota. Es más conflictivo entre un musulmán y un/a cristiano, porque llega al borde de la apostasía por lo que en muchos casos deben emigrar. Es difícil no declarar la religión de un recién nacido en la partida de nacimiento, aunque un bebé en 2014 lo consiguió, lo cual supuso un hito histórico.
"Turcos" "Sirio-Libaneses" "libaneses".
Se estima que la inmigración desde finales del siglo XIX Imperio Otomano, somos alrededor de 13 millones los "árabes" de Levante. Esto incluye una franja que va desde el norte de Haifa (actual Israel), El Líbano, Latakia una región costera donde se preveía un país para los musulmanes alauitas, que no se concretó, y la región de Antioquia, que quedo en manos turcas. También podría agregarla la Siria Interior, también conocida como "mandato francés de Homs, de mayoría sunní.
Mis bisabuelos llegaron con el pasaporte de los turcos, la siguiente ola fue la Sirio-libanesa durante el mandato francés y luego una corriente continua debido a los constantes conflictos bélicos internos, especialmente de cristianos. Fuera del Líbano la cohabitación entre musulmanes y cristianos se terminó. Una parte solo se identifica como "árabes musulmanes" y los cristianos como "Colectividad Libanesa".
Michael Mansilla
michaelmansillauypress@gmail.com
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UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias
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